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viernes, 23 de octubre de 2015

Te miro mientras duermes



Eres un muro, un cimiento, una gran roca. Nadie puede acceder a ti y nunca dejarás que lo hagan, o eso pretendes. Das la mano a saludar, la distancia ante todo, la educación por encima de cualquier cosa. Seriedad, valentía, firmeza. Mucho que demostrar, mucho que imponer. Creas liderazgo, creas seguimiento, creas respeto, odio, confusión  y a veces incluso miedo. 


Tu físico acompaña a tu carácter, grande de pies y manos, grande de estatura, grande de mente y grande de corazón… ups, siento de verdad haberlo dicho tan pronto… continuemos con la descripción de mi gran amigo muro.

Mi gran amigo muro no habla por el móvil, no entiende muy bien qué es el WhatsApp, es un señor hecho y derecho metido en un cuerpo de 20, pero es mi señor hecho y derecho.

Se despide diciendo cosas como: “un saludo”, “que te vaya bien”, “mantenemos el contacto”. Frases muy cordiales y muy lógicas siempre y cuando no se digan después de hacer el amor. Mi amigo el muro no quiere enamorarse, enamorarse es de débiles. Mi amigo el muro nunca besa después de hacer el amor. Nonono, jajaja qué digo, después de follar, porque él no sabe lo que es hacer el amor, pues es una palabra que le da demasiado miedo como para probarla. Mi gran amigo muro no quiere querer ni ser querido, ha sufrido demasiado como para dejarse querer. Mi gran amigo muro es independiente, es autosuficiente y no necesita ayuda alguna, no necesita persona alguna, salvo su cigarro Malboro, que sostiene rígidamente entre su anular y su corazón después de haber prensado cuidadosamente el tabaco del interior.

Mi gran amigo muro mantiene relaciones superficiales, abuelos, abuelas, madres, padres, obreros, niños, novios, exnovios... todo el mundo le quiere. Todo el mundo cree conocerle sin saber quién es. Todo es una trama cuidadosamente formada desde el 1 de febrero de 1995. Todo el mundo sabe que le pasa, ¿cómo no lo van a saber? Le conocen, o eso cree. Repito, le conocen sin saber quién es. A mi gran amigo muro no le conoce ni él.

Las puertas de mi gran muro, quiero decir de mi gran amigo, se han abierto por un momento. Se han abierto poco a poco, de repente, un 14 de agosto cayó su muro de Berlín, que empezó al experimentar el flujo continuo de sus dos facetas: La interna, a la que ni él conoce, y la superficial, Esa a la que todo el mundo admira, incomoda u odia.

Mi gran amigo muro, perdón, ese que ya no es tan muro, es un doble de mi gran amiga, muro también. Quizás sea ese el motivo por el que se lleven tan bien. Del mismo material ambos muros se han ido a juntar, mejor, se han ido a abrir. Ahora no hay dos flujos revoloteando sino 4. Todo es demasiado complicado como para filosofar acerca de ello, o mejor dicho de ellos.

Ahora el que no era constante pareció serlo cada vez más, el rígido disfruta de estar tumbado, piel con piel, caricia con caricia. El que no expresaba sus sentimientos es capaz de disfrutar, de estar a gusto y lo mejor, de tener silencios cómodos. Quién los comprara… esos silencios por los que lucharía una y otra vez. Esos desnudos silencios en los que una mirada resume en un segundo por qué quiere mantener ese silencio.

Ahora mi gran amigo suelta, de vez en cuando, el cigarro por besarla. y es que mi amigo se muere por besarla, se muere por desnudarla, por acariciarla y por hacerla el amor hasta desgastarla. Ah, se me olvidaba, mi amigo ya no folla, mi amigo besa después del sexo. Mi amigo disfruta, mi amigo le da la mano en señal de refuerzo. Y ella, como su doble que es, le corresponde de la misma manera.

Mi amigo el muro ha dejado de ser muro, solo con ella, solo a ella. Mi amigo el muro se ha quedado dormido mientras ella miraba las estrellas. Mi amigo el muro no sabe que la quiere más de lo que cree porque ella también le quiere a él.
Ella le mira mientras duerme.
Continuará…. Lo prometo


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