El objetivo de esta tarde perdida era finalizar escribiendo
tres entradas. La más reciente y la que más acontece ahora mismo después de dar
por finalizado este día perdido es la que escribo a continuación, dedicada a mi
compañera de viaje a la que muchos empezáis a conocer.
El tirulo de mi entrada, Gracias a ti, del que se excluye la
introducción:
Disfruto de mi carrera, disfruto de mis amigos, disfruto de
mi familia, disfruto del sexo, sí, disfruto mucho del sexo. Disfruto de mi
ocio, de mi tiempo, de mi ciudad, de lo que me rodea, de lo que tengo y de lo
que deseo tener. Disfruto de todo aquello de lo que puede disfrutar cualquier
persona si se lo propone. Disfruto cuando me dejas disfrutar.
Gracias a ti doy mi día por perdido. Gracias a ti pienso en
lo que podría haber disfrutado y no en lo que he disfrutado porque lo cierto es
que no he podido hacerlo. Gracias a ti el tiempo pasa demasiado rápido como
para pararme a pensar por qué debería pasar más lento, mejor dicho, por qué debería
parar.
Parar… parar es una palabra muy simple, muy usada y poco
pensada. Parar requiere pensar así que, ¿cómo es posible que sea pensada?
Nuevamente
me enredo en mis enredos y giro entre los rizos de mi pelo para encontrar un
final, un final que ansía llegar porque los mismos rizos de mi pelo llevan
aguantando 5 años ya.
5 años, 5 lobitos tiene la loba, cinco… cinco… Todos sabemos
que lo mejor con el cinco es que por el culo te la hinco. Allí querría mandarte yo, a tomar
por el canal colorretal por donde van a parar todos los desechos, porque sí, lo
cierto es que eres mi deshecho.
A los que no sabéis de qué hablo, no os asustéis, no hablo
de una persona, no tiene nombre salvo el que nosotros le queramos dar. No tiene
cuerpo salvo el que nosotros le queramos poner, o mejor dicho, nuevamente mejor
dicho, el que ella quiera elegir.
Ella, mi fémina, morada como ella, cómo no podrías ser un ente
maravillosamente femenino que se adueña de todas las cualidades que nos
atribuyen. A nosotras, a las mujeres, a los chichis andantes que muchos hombres
entienden por mujer, a los úteros que la propia literatura ha dejado en un
segundo plano, por debajo del ente masculino. O sino comparemos algunos
coloquialismos no tan coloquiales como ser un coñazo y ser cojonudo, ser una zorra o ser un zorro,
ser una puta…. Hostia puta no quiero distraerme.
Gracias a ti, de verdad que gracias a ti, me gustaría poder
ocuparme de mi carrera, porque adoro mi carrera, ¿sabes? Me gustara poder
dedicarme a mis amigos, porque adoro a mis amigos ¿sabes? Me gustaría poder
ocuparme de mi madre, a la que quiero más que nada, a la que odio más que nada,
y es precisamente eso lo que me hace quererla tanto. También gracias a ti no
puedo ocuparme de mi pareja, y lo más importante no puedo ocuparme de mi misma.
Porque hay algo que quiero dejar muy claro, algo que he aprendido este verano
de 2015:
La única persona que te va a acompañar toda la vida, por la que tienes
que dar tu vida y a la que tienes que cuidar cada día como si fuera el último,
es tu persona. Tú misma, toda tú.
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