Comparte:

viernes, 15 de diciembre de 2017

Luciérnagas

Hoy te hago justicia poética,
Han pasado muchos días
Y aún mis versos se esconden
Sin ser sentenciados.

No siempre sentencia implica tristeza,
No siempre mis versos implican dolor.

Hoy quería escribirte,
mis neuronas te escriben día a día al sinaptar con tu nombre.
Hoy, te escriben en abstinencia.

Puede que haya confundido el valor con la inseguridad,
el amor con el miedo.
No acostumbro a hacerlo, lo aseguro.

Ahora he aprendido
que son solo ladrillos dispuestos a reconstruir
el muro ideológico que tan firme había levantado.

Sin embargo, el miedo antecede al futuro,
Y  futuro...
tan sólo son 6 letras mal emparejadas.

Si algo sé
es que aunque las luciérnagas toquen el barro,
siempre siguen brillando.

Hablaba de neuronas,
se embriagan de serotonina,
creo que borrachas están con aquellas luciérnagas embarradas.

Hoy soy feliz conmigo,
Hoy soy feliz sin ti.
Hoy ha llovido y,
el miedo huyó con la lluvia,
por eso hoy quería escribirte.

Sin lluvia puedo decirte que hoy,
Estoy enamorada de ti.









.

Obsesión

He pensado en escribirte,
he pensado en olvidarte,
he pensado en protegerte y,
he pensado en qué coño podrías pensar.

He pensado tanto que mis pensamientos se han cansado de mi misma. La realidad material pasa a un segundo plano mientras es conquistada por un compulsivo pensar.

He pensado en fluir, en dejarme llevar...
¿Y, saben que?
Si, lo conseguí.

He soñado que dejaba de pensar.

Cuando el sueño caduca, un impulso tira de mí a 140 latidos por minuto.
Vuelvo a estar aquí, vuelvo a pensar.

Huye.

Tu nombre

Tan solo he leído tu nombre
Y una extraña sensación de culpa ha invadido mi contracción cardiaca.
La acelera, la ahoga
y la encierra en una jaula
donde las barreras se me atragantan
al intentar coger un nuevo aliento.

Dicen que la poesía se escribe por amor o por tristeza,
por tristeza enamorada o amor entristecido.
Dicen que en esta tragicomedia vuestros ojos son espectadores
y vuestro cuerpo,
una pura crítica desnuda.

Melancolía, protagonista de los versos.

Amor, galán de las estrofas.

Culpa. Celestina. Hija de puta.
Omnisciente y omnipresente
aunque desapercibida por el espectador.

Desolación,
ella esconde entre sus líneas la verdadera razón por la que el cerebro materializa enajenación.

 Soledad, gracias.

lunes, 7 de agosto de 2017

Búscame

Háblame del tiempo, de la vida y el devenir.
 Háblame de las personas y sus múltiples conexiones.
 Háblame de sus virtudes, de sus defectos y de sus secretos. 

Cuéntame por qué se unen, cuéntame por qué se atraen 
y cuéntame, 
sin más, por qué siempre se separan. 

Háblame de la verdad, de la mentira y de la indiferencia. 
Muéstrame lo que implica la confianza, 
dime si el mañana ya fue ayer. Miénteme si te exijo certeza.  

Miénteme, por favor, 
cuando pregunte por una amistad eterna.

Hazme creer que las personas 
han dejado de mirar a su ombligo, siempre quise ser ombligo. 

Dónde quedas tú cuando tengo tantas dudas, dónde quedan tus líneas terapéuticamente placenteras, dónde te escondes cuando he dejado de creer. 

He salido a buscarte, puede que nunca vuelva, puede que cuando regreses yo me haya  perdido en la incredulidad. 

Búscame 

jueves, 27 de julio de 2017

Infinito amanecer


Seis de la mañana y vuelve a amanecer. La diferencia horaria no nos permite discernir entre el transcurso del tiempo y sin quererlo hemos llegado al infinito.

Entre la profunda oscuridad de los pasillos tan solo te ilumina una señal anaranjada que indica prohibido fumar. Suficiente para empezar a leer en braille  los deseos de tu piel. Me acerco cuidadosamente sin que te des cuenta, mejor dicho, sin que quieras darte cuenta, intentando disimular la pulsión inminente de acercarme a ti.

Sigues oliendo a perfume, el cual reclama la presencia de mis feromonas constantemente. Disimulas mirando el amanecer pero tus folículos pilosos ya se han dado cuenta de las intenciones de mi cuerpo. De pronto, un escalofrío nos recorre de arriba abajo al mismo tiempo que la adrenalina, enérgica, acelera ambos pulsos, con miedo a que nos descubran.

He decidido disfrutar de cada movimiento pues el viaje es largo y tenemos tiempo. El amanecer se retrasa cada vez más pues nuestra trayectoria lucha en  contra de los meridianos terrestres.

Lo abstracto del tiempo contribuye a que hayamos dejado de pensar y tan solo se mantengan dos focos de atención: Placer y riesgo. Ambos se retroalimentan positivamente hasta que se olvidan de sí mismos y solo queda el éxtasis.

Poco a poco, mis tímidos movimientos han evolucionado a fuerzas cada vez más placenteras. Y no puedes evitar que mis manos hayan  recorrido todo tu torso y haya alcanzado el epicentro de tu masculinidad. Zurdamente he desabrochado el pantalón, poco holgado a decir verdad y muevo mis dedos cual pianista sobre las tonalidades de su mesa de trabajo.

Al comprobar mis intenciones, un ataque de celos y empatía han nublado tu mente y necesitas implantar tus huellas dactilares sobre las terminaciones nerviosas que recorren mi sexo. Ambos al unísono hemos pactado las reglas del juego y solo hay que esperar a ganar.

Me cuesta ocultar la necesidad de expresar de forma no verbal la respuesta a tu iniciativa y me acerco a tu oído suplicándote que pares, poco a poco estas cada vez más dentro de mí en la búsqueda del punto clímax de las raíces pudendas. La gente pasea alrededor y tengo que sacar a la luz las dotes de actriz que nunca tuve. Suerte que solo te ilumina aquella luz de prohibido fumar.

Te acompaño en los movimientos, moviendo las caderas a la vez que tus dedos. La parte más interna de mis muslos empieza a temblar y tú, cada vez más, sientes el calor empático por tu cuerpo al disfrutar de mi propio placer.

He roto con mi paciencia y el suave temblor se ha convertido en placer, el placer en éxtasis, el éxtasis en clímax y el clímax, finalmente en relajación. Respiro. Una, dos  y tres veces. Desprendo una leve risa vergonzosa ladeando la cara, aun tumefacta por la reciente experimentación.

Vuelvo a mi tarea. Arriba abajo, abajo arriba, una y otra vez. Me agarras con fuerza, cada vez más y siento tu respiración en mi oído. Si mi vista periférica no me engaña he podido notar como  necesitabas cerrar los ojos. Sigues oliendo a perfume, mis feromonas te atacan, perdóname, necesito hacerlo.

El amanecer parece ser infinito, ¿debo agradecer al infinito mi sensación de plenitud?

domingo, 14 de mayo de 2017

HIPOTÉTICO CONDICIONAL

Por lo que podría haber sido, por lo que podría haber pasado, por lo que podría haber hecho, por lo que podría haberte dicho… nunca entenderé porqué esta forma verbal está continuamente presente en las conversaciones del día a día, en las cabezas pensantes de todo ser humano o en el lenguaje no verbal de la intromisión postural. Se pretende olvidar el pasado pero se mantiene viviendo en el condicional de cómo debería haber sido.


En cualquier circunstancia, relación, ya sea emocional o simplemente empresarial, siempre existe y existirá el PODRÍA. Sin embargo, mientras se piensa en el podría, paralelamente conjugamos una nueva fórmula de futuro. Aprendizaje, prueba y error, nuevas acciones, nuevos comportamientos en forma latente, nuevos planes, iniciativas, prioridades. Se agradece haberse equivocado para remediar la proximidad temporal…


El ser humano es inteligente, a veces demasiado, a veces simplemente finge serlo. Y es entonces cuando a veces, se le olvida que de tanto pensar en “el podría” y en cambiar el futuro, está pasando por delante de sus narices el presente, enjaulado, muy a su pesar, en una cámara insonora. Claro, lo entiendo, así es difícil darse cuenta de que existe.

Suena a tópico y posiblemente lo sea pero, querido lector, ¿acaso no sabe usted qué va a hacer o qué tiene que hacer después de leer este texto? Puede que sea demasiado largo y que ocupe mucho espacio en su mente como para entretenerse en leerlo, hay otras muchas responsabilidades que cumplir en este futuro inmediato, que en breves, le anticipo,  podrá convertirse en pasado condicional si no ha cumplido con sus expectativas.

Podría haber funcionado, podría haber salido bien, podría haber sido menos impulsiva, podrías haberme dicho que me querías, podría haber sabido establecer prioridades, podría haber puesto límites, podría haberle cuidado, podría haber sido más profesional, podría haberme bajado de las nubes, podría... podría haber hecho tantas cosas que he agotado los pensamientos de mi mente.                                                                         
Querido lector, ¿qué puede hacer ahora?

El ahora ha escapado de su jaula insonorizada, ha despertado a todas las mentes que han dejado de vivir por crear hipótesis, firmemente manchadas por el pasado. Especialmente el pasado de los errores. Aún me sorprende lo fácil que es olvidar el pasado de las virtudes y lo difícil que es cerrar el libro de  las vilezas.




miércoles, 3 de mayo de 2017

Sensaciones

TEJIENDO PALABRAS:

Hoy no sé cómo llamarte. Una vez más vuelvo a ser abstracta, metafórica. Una vez más mis palabras buscan su propio significado preguntándose a sí mismas por qué han aparecido aquí y si son las más apropiadas para definirte. Podría escoger a ciegas un compendio de adjetivos al azar que probablemente se asemejarían contigo.

Cierra los ojos y libera lo primero que se te ocurra: angustia, amor, preocupación, complicación, distracción, casualidad, pasión, vitalismo, reconocimiento, aprendizaje…

Abre los ojos y mira a tu alrededor: ¿Quién eres?, ¿por qué estas aquí?, ¿eres real?

Cierra los ojos… de nuevo, respira…escucha, presta atención. Una voz estridente te pide que no las hagas caso, que no te confundan, todo es aplazable, piensa bien lo que haces, protégete, quiérete. La única persona que te acompañará toda tu vida eres tú, no dejes de acompañarte.

Dedicado a todas las emociones que distorsionan nuestros objetivos. A todas las indefinibles sensaciones que no hacen otra cosa que proyectar y sacar a la luz preocupaciones reales, reprimidas y desconocidas. Sensaciones antitéticas:
Angustia enamorada o amor angustiado, motivación incapacitante, valentía atemorizada, firmeza insegura, miedo al temor, seguridad desnuda, tímido erotismo, escondite señalizado, gritos mudos.
SENSACIONES