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jueves, 21 de abril de 2016

#Desesperación #Cibernética

Reaccionamos vía Online a todo: “me gusta” ( J) si me saca una medio sonrisa, “me encanta” (<3) si realmente ha mantenido mi atención más que el corto periodo en el que mi dedo tarda en responder a al centro nervioso para continuar bajando la pantalla, bajando de manera automática como si esa información no hubiera pasado por mi corteza cerebral. “me enfada” si es algo con lo que no estamos de acuerdo o algo que nos sorprende negativamente: “alcen la bandera y expulsen a esos desviados que se quedaron a medias en lo que llaman diferenciación sexual” y ale, en dos segundos una lista de inconscientes aclaman cual medusas arrastradas por la marea esta propuesta que parece ser acorde con su ideología.

A día de hoy, 2016, podemos comprar, reír, informarnos, comunicarnos y hasta enamorarnos por internet. Aplaudo esta nueva era informática en la que no tenemos que molestarnos en salir de casa a comprar una lechuga porque el Burguer King ya tiene comida para llevar, o que ni siquiera tengamos que salir al hospital si tenemos dolor de tripa porque tenemos un consultor médico 24h con su Curriculum Vitae propagado de manera publicitaria en los márgenes de la web.
El internet es esencial caballeros, no se confundan, yo lo uso a diario. Mando mis caquitas de WhatsApp como todos y comparto videos graciosos en los que un lagarto parece sonreírme cariñosamente.

Sin embargo amigos, confío en el poder de la gente para animarte con un abrazo, confío en la voz de una persona desconocida que se siente cómoda para contarte que sale del hospital porque viene de revisarse un cáncer de mama, que se quita las gafas y se echa a llorar mientras te abraza porque en ese momento tú has sido esa persona con la que ha querido compartir su dolor y felicidad que se presentan equiparadas. Que se siente cómoda para decirle, a una simple estudiante de 21 años que le da todo lo que tiene en el monedero para colaborar contra el cáncer, dejando caer, torpemente, un certificado de la Cruz Roja, que es quien en este momento le está dando de comer.
Su empresa decidió despedirla por tener una teta amorfa. Qué cómico amigos y qué cruel pesareis, esta es la sucia realidad. No lo digo yo, ni las caquitas del WhatsApp, lo aseguro.

Reaccionen con “me gusta”, “me enfada”, con #alieresunaloca, #veteadormir, #paraquémadrugasparaesto, #ponteaestudiarfarmadeunavez, pero reaccionen señoras, reaccionen señores y hagan algo más que desplazar el dedo de arriba abajo para ver qué nuevo emoticono está de moda. Gracias =)



https://www.youtube.com/watch?v=6tssGleKFIE



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